Resiliencia
- Mónica De León
- 18 mar 2018
- 3 Min. de lectura

La resiliencia es la capacidad de hacer frente a las adversidades de la vida, transformar el dolor en fuerza motora para superarse y salir fortalecido de ellas. Una persona resiliente comprende que es el arquitecto de su propia alegría y su propio destino
Cada vez que atravesamos por una situación compleja en nuestras vidas, bien sea por asuntos económicos, de pareja, familiares, laborales o cualquier otro, sentimos que el mundo y la vida se nos acabó, que no hay más que podamos hacer para salir de dicho caos, y es más ni siquiera estando allí nos detenemos a pensar porque nos deprimimos ante estas adversidades y tampoco nos preguntamos porque no estamos siendo capaces de resolver para salir airosos. Una explicación científica para la depresión que desencadenan las situaciones problema, es que nuestro cerebro no es capaz de controlar sus propias conexiones neuronales, es decir; el cerebro sano, lo normal es que cree conexiones neuronales y luego las apague permitiendo regular el estado de ánimo, aprender y resolver problemas, los cerebros depresivos no completan esta función. Esto lo que indica es que si nuestro cerebro hiciera su trabajo, no permaneceríamos en lo negativo de las situaciones problemáticas sino que trataría de resolverlas. “el cerebro es tan flojo que debemos exigirle completar sus tareas, el siempre tratara de gastar la menor cantidad de energía posible, por esa razón siempre tratara de dejar a medias todo”.
Después de exponer este concepto, tratare de guiarles en lo que a mí me ha funcionado para superar las adversidades que he tenido que atravesar a lo largo de mi vida, porque yo también he tenido crisis existenciales por cosas que no tenían la importancia que les di en su momento, y es que de eso se trata la resiliencia, de superarnos a nosotros mismos, de aprender de las situaciones problemas y sobre todo establecer esta capacidad para construir nuestra felicidad día a día sin importar lo que pase. Porque en todo, en absolutamente todo subyace un aprendizaje que cada día nos hará más fuertes, más Resilientes.
A nuestro cerebro hay que educarlo, esculpirlo y no permitirle que decida por nosotros, porque no somos cerebro, nuestro cerebro solo es la máquina que poseemos para procesar información, y él no tiene el protagonismo de nuestra existencia. Somos un alma viviendo una experiencia terrenal, así que hagamos de esta experiencia la mejor de todas, estoy completamente segura que cada ser humano tiene un plan de alma, pero estoy más convencida de que ese plan no tiene nada que ver con el sufrimiento o con pagar culpas, más bien siento que cada experiencia terrenal es la oportunidad de tomar consciencia de que somos todo, que estamos conectados con la fuente, que vivir esta experiencia es un privilegio y está dado para servir a los demás, para vivir en coherencia, con discernimiento, con la capacidad creadora que poseemos por ser parte de la fuente, parte de Dios.
Como somos materia en esta experiencia, pues empecemos por reconocer lo que en esta materialización contribuye a ser Resilientes:
Poner a nuestro cerebro a que haga el trabajo completo, como lo hacemos:
Reconociendo el problema.
Construyéndole nuevos hábitos.
Retándolo.
No enfocarse en el problema o en que tenemos depresión, sino en la solución o posibles soluciones, de esta forma le exigimos al cerebro que haga más de lo que está haciendo.
Hacer lo que nos gusta, con esto nos estaríamos recompensando.
Hacer deporte diariamente: con la actividad física el cerebro segrega sustancias químicas que propician un mejor estado de ánimo y con esto la resolución de problemas.
El sentido de la vida: también conocido como propósito de vida, vocación, misión, etc. Encontrar una motivación lo suficientemente poderosa que nos estimule a continuar con nuestra vida de la mejor forma posible.
Confiar en la vida: No solo somos un cuerpo, somos alma o energía si lo quieren llamar así y estamos conectados con el todo, y somos parte de Dios, sabiendo esto podemos tener la capacidad de confiar que recibiremos todo lo necesario para nuestra supervivencia.
En los últimos días conocí a algunas personas con grandes dones para crear y sobre todo para sanar y contribuir al despertar de consciencia, sin embargo a pesar de saberse poseedores de cualidades especiales, aun en esta experiencia terrenal no han desarrollado la capacidad de discernir y de tener la resiliencia necesaria para poner al servicio de otros los dones que les fueron otorgados. Estos son ejemplos de lo mucho que podríamos hacer si empezamos a vernos como un todo y no como un individuo víctima y vulnerable, la fuerza está en todos y en la medida en la que se controle el cerebro, podremos ser los creadores de nuestro destino.
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